El Equilibrio Externo
Nuestra vida se rige por equilibrio. Necesitamos de estabilidad para un correcto funcionamiento del cuerpo (homeostasis) y para poder ejercer cualquier tipo de movimiento (caminar, correr, saltar, bailar...) Por ejemplo, mantener el cuerpo a temperatura óptima (36,1ºC - 37,2ºC) o tener una correcta presión sanguínea es sinónimo de un cuerpo perfectamente equilibrado y funcional.
Por otra parte, el simple hecho de mantener nuestro cuerpo erguido sobre una pequeña base (los pies) sin caernos, también es sinónimo de un correcto equilibrio, un equilibrio externo del cuerpo logrado gracias a nuestro sistema de equilibrio.
Ambos equilibrios son necesarios para la vida. Si uno falla la vida se nos complicará enormemente. En este caso nos centraremos en equilibrio externo y por qué debemos mejorarlo.
TIPOS DE EQUILIBRIOS EXTERNOS Y CÓMO FUNCIONAN:
Antes de explicar el equilibrio es necesario conocer su significado.
Según la RAE: “Situación de un cuerpo que, a pesar de tener poca base de sustentación, se mantiene sin caerse.”
Por tanto, podríamos definir el equilibrio externo como: "capacidad física del organismo para mantener al cuerpo en perfecta armonía realizando fuerzas que luchan unas contras otras venciendo de este modo a la gravedad."
Podemos clasificar el equilibrio según la posición y el movimiento de un cuerpo durante un tiempo determinado. Encontramos dos tipos:
-Estático: Sin movimiento. Capacidad de un cuerpo para mantener su postura en una superficie estable.
-Dinámico: Con movimiento. Capacidad de un cuerpo para mantener su postura sobre una superficie en constante movimiento e inestable.
En ambos equilibrios debemos vencer la gravedad que nos empuja hacia el suelo manteniendo así nuestra postura.
En el equilibrio externo participan tres grandes sistemas:
-Sistema vestibular: Este sistema se encuentra dentro del oído interno y su uso es exclusivo para el equilibrio y la postura, coordinar los movimientos del cuerpo y la cabeza, y poder fijar la mirada en un punto del espacio. Este sistema está formado por tres estructuras:
Utrículo (plano horizontal) y Sáculo (plano vertical): Encargados de detectar las alteraciones lineales y la posición de la cabeza.
Canales semicirculares: Detectan las alteraciones angulares producidas en la cabeza.
-La visión: Gracias a la visión somos capaces de interpretar el entorno. La información recibida a través de la vista es fundamental para mantener un correcto equilibrio del cuerpo.
Intenta mantener el equilibrio sobre una pierna con los ojos cerrados. ¡La cosa se complica!
-Sistema propioceptivo: Capacidad de nuestro cuerpo para saber la posición exacta de todas las partes de nuestro cuerpo en cada momento. Este sistema está formado por una amplia multitud de receptores de estiramiento y tensión en todo el cuerpo (músculos, tendones, fascia, piel), que recopilan información sobre la posición de cada parte del cuerpo. Los sensores más importantes se encuentran ubicados en la planta del pie al tratarse de la base del equilibrio.
A partir de estos tres sistemas, el cerebro recopila toda la información recibida y traza un mapa tridimensional (longitud, altura y profundidad) de su postura y posición en el espacio incluyendo todos los movimientos a realizar para mantener el cuerpo estable, venciendo de este modo la gravedad y evitando la caída.
LA IMPORTANCIA DEL EQUILIBRIO:
El sistema de equilibrio es esencial para la vida. Un correcto equilibrio nos ha permitido sobrevivir huyendo como presa o cazando como depredador.
El equilibrio está constituido por constantes desequilibrios y correcciones. Cuando una persona se encuentra de pie y erguida, nunca estará totalmente quieta al vencer constantemente los desequilibrios evitando así la caída. Cuanto menores sean los desequilibrios de nuestro centro de gravedad, mayor será el equilibrio. Esto mismo sucede con el equilibrio interno, si nos exponemos a una temperatura inferior a la temperatura corporal, nuestro cuerpo deberá trabajar para mantener su temperatura óptima.
Gracias al equilibrio podemos caminar. Al andar la base de nuestro cuerpo disminuye incrementando a la par su velocidad, dependiendo ahora de una base más pequeña para mantener una correcta estabilidad aumentando los constantes desequilibrios a vencer.
El equilibrio del ser humano es mucho más sofisticado que el del resto de los animales dada nuestra pequeña base de sustentación. Las artes marciales buscan el equilibrio, por lo que es común ver como adquieren una posición de separación de piernas ganando de esta forma una mayor estabilidad, a diferencia de una posición de pies juntos. El objetivo en la lucha es derribar sin ser derribado.
Es fundamental para el mantenimiento de la mirada y ubicación de las manos en el espacio. El equilibrio es vital para ubicarnos en el medio. Con los ojos localizamos aquello que queremos alcanzar, con los pies avanzamos manteniendo la estabilidad gracias a la propiocepción y durante todo este proceso el oído trabaja para informar al cerebro de nuestra posición y aceleración.
NUESTRA CONSTANTE PÉRDIDA DEL EQUILIBRIO EXTERNO:
Por desgracia y con el pasar de los años hemos comenzado a perder equilibrio sin saberlo al modificar constantemente nuestro entorno, pasando de un mundo fractal a uno totalmente geométrico. La naturaleza es aparentemente irregular y cambiante, nunca nos toparemos con dos obstáculos idénticos. Esto se ve con claridad desde las líneas costeras, las montañas, las nubes, los copos de nieve... hasta nuestro propio interior como es nuestro sistema circulatorio.
Paradójicamente nuestro nuevo mundo, geométrico y seguro, sin apenas obstáculos, con suelos completamente lisos y escaleras idénticas se convierte en un arma de doble filo al transmitir sensación de seguridad con un entorno fácil de recorrer, pero a su vez aumentando las probabilidades de caídas y roturas debido al debilitamiento de nuestra verdadera protección interna; el equilibrio. Además, la forma de entreno actual con movimientos repetitivos y monótonos, y el calzado utilizado con suelas extremadamente gruesas y anchas que nos alejan del suelo, ayudan a deteriorar nuestro equilibrio. Sin desafíos nuestro sistema de equilibrio se deteriora.
Mundo fractal con obstáculos y constantemente desafiantes para nuestro equilibrio.
Mundo geométrico sin obstáculos y sin desafíos para nuestro equilibrio.
Todo aquello que no se usa se atrofia y muere. Si nos topamos con el más mínimo desnivel dentro de este mundo geométrico nuestras probabilidades de sufrir una caída serán altas siendo vencidos con relativa facilidad por la gravedad.
El mundo geométrico afecta también a nuestra vista. Como he mencionado anteriormente, la vista es uno de los sistemas involucrados en el equilibrio y es necesario observar el entorno para ubicarnos manteniendo un correcto equilibrio. Acostumbrar a nuestros ojos a un mundo rectilíneo sin ninguna modificación, incrementando el tiempo de uso de pantallas ligado a una ausencia de luz (estudio) y una pobre alimentación, provoca que nuestra vista trabaje poco y por ende empeore junto con el equilibrio.
Por último, un factor clave en la pérdida progresiva del equilibrio es el calzado. Las piernas son nuestros pilares y éstas reposan sobre los pies, los cimientos del cuerpo, siendo esenciales para un correcto equilibrio. Si los cimientos son débiles, los pilares se tambalean y como consecuencia el edificio se desploma.
Una inmensa cantidad de receptores propioceptivos se encuentran alojados en la planta del pie debido a la necesidad existente por adaptarse rápidamente al terreno percibiendo todas y cada una de las variaciones de presión, por mínima que sea, indicando cambios de posición. Si nuestra base de apoyo se ve afectada, los dedos de los pies se agarrarán al suelo para fortalecer aún más nuestra base de apoyo. El uso del calzado grueso y blando nos aísla casi por completo del suelo encerrando los receptores propioceptivos en un cómodo y acolchado búnker.
Durante miles de años hemos caminado descalzos. El calzado más antiguo que se conoce son unas sandalias que datan de aproximadamente unos 5.500 años. Este calzado no aislaba nuestros receptores propioceptivos del pie y era capaz de ofrecer protección.
Este tipo de calzado protector, pero no aislante, se mantuvo durante milenios hasta la llegada de una empresa la cual decidió que lo mejor para nuestros pies era aislarlos del suelo. En los años 70, Nike convenció al mundo de que la pulcra ingeniería de nuestros pies forjados por la evolución durante eones estaba mal diseñada para el deporte. De este modo surgió una nueva era para los pies, la era de la amortiguación cambiando de este modo nuestra anatomía y atrofiando nuestro sistema de equilibrio. Cámaras de aire, varios centímetros de talón y punteras levantadas pasaron a ser la norma por excelencia.
Como consecuencia nuestro cerebro recibe información distorsionada de los receptores situados en la planta de los pies generando una menor capacidad de actuación.
La incesante evolución del calzado aísla cada vez más a nuestros receptores propioceptivos.
LA IMPORTANCIA DE MEJORAR NUESTRO EQUILIBRIO
-Menor riesgo de sufrir caídas: No todas las caídas se producen por falta de equilibrio, pero la gran mayoría son atribuibles. Y si la caída a sufrir es inevitable, un correcto equilibrio aumentará las posibilidades de amortiguar el golpe reduciendo la velocidad de caída y por tanto la probabilidad de fractura. Es más, las fracturas de cadera en adultos mayores de 60 años se asocian con una mayor morbilidad, mortalidad, pérdida de independencia y carga financiera significativa (estudio). Se estima que la mortalidad en este porcentaje de la población después de sufrir una fractura de cadera es del 14% al 58% (tabla).
-Menor riesgo de sufrir lesiones: Personas mayores de 60 no son los únicos susceptibles a padecer caídas, nadie está exento de sufrir este tipo de accidente. Aunque las personas jóvenes no suelen sufrir caídas en su vida cotidiana, a la hora de practicar un deporte la cosa cambia. En la gran mayoría de los deportes como fútbol o baloncesto existe una correlación entre la falta de equilibrio y las lesiones de tobillo o rodilla (estudio). Si contamos con un pésimo sistema de equilibrio, mayor será el porcentaje de lesiones de este tipo.
-Mejora el rendimiento en pruebas físicas: Siempre buscamos mejorar nuestras marcas deportivas y somos capaces de entrenar sin descanso hasta nuestro límite si es necesario. Pero a veces esto no es suficiente y vemos frustrados nuestros objetivos al no conseguir la marca esperada sintiendo un estancamiento en nuestro deporte.
Algo que debemos tener en cuenta es que el equilibrio no solo nos evitará caídas y lesiones, sino también mejorará nuestro rendimiento deportivo. Un correcto equilibrio mejora multitud de capacidades como:
Potencia: A menor estabilidad menor potencia. Por muy fuerte que sea un púgil, si a este se le obliga a pelear sobre una pierna su potencia y a la vez su fuerza se verán afectadas enormemente.
Una buena estabilidad incrementa nuestra potencia
Fuerza: El cuerpo solo será capaz de ejercer la fuerza que puede controlar.
Flexibilidad: Existen movimientos que nos resultan difíciles de realizar o directamente somos incapaces de llevar a cabo (sentadilla profunda) asumiendo que todo se debe a una falta de flexibilidad y movilidad. Lo interesante es que en la mayoría de los casos, al tumbar a estas personas en el suelo son capaces de adquirir esta postura sin problemas. Esto no es cuestión de flexibilidad sino de equilibrio.
Coordinación y precisión: Todo trabajo que requiera un mínimo de coordinación y precisión necesita obligatoriamente un perfecto equilibrio, sin él es imposible. Un malabarista necesita coordinación para manejar las pelotas y precisión para lanzarlas y recogerlas en el punto justo. Ahora imaginemos dos malabaristas, uno en tierra firme y el otro sobre un Slackline (cinta tensa), está claro quién tiene mayor posibilidad de impedir que una pelota se le caiga.
Resistencia: A menor equilibrio mayor energía gastamos en mantener nuestro cuerpo estable. El simple hecho de caminar con un mal equilibrio será suficiente para aumentar nuestro gasto energético por lo que si utilizamos un calzado "runner", con suela gruesa y blanda y punta elevada, seremos poco eficientes en nuestro recorrido al gastar una enorme cantidad de energía provocado por una falta de equilibrio. Por ejemplo, alguien que decida correr una maratón le puede suponer acabar o no la carrera al disponer de menos energía para llegar más lejos.
El equilibrio es vital para mantener una buena salud. Un adecuado equilibrio evitará posibles caídas y lesiones derivadas de estas caídas, alargará nuestra vida funcional e incluso mejorará nuestro rendimiento en pruebas físicas.
No podemos permitir que el nuevo mundo geométrico diseñado para ser seguro y cómodo atrofie nuestro sistema de equilibrio convirtiéndonos en seres vulnerables. Es necesario someternos a entornos que pongan a prueba nuestro equilibrio reconectando con la naturaleza y con ese mundo fractal que intentamos dejar atrás.
Para conseguir una buena estabilidad debes desequilibrarte de vez en cuando.